Capítulo 3 "UNA AMISTAD"

No podía creer que me llamara, después de todo, bueno, en realidad todo fue muy extraño y aun Daniel no respondía a mi pregunta de porqué hacía todo eso.

En ese fin de semana tenía mil obligaciones que cumplir y trabajos para el liceo, aunque recién entrabamos a clases, ya sentía la presión del liceo, los profesores se descargaron dándonos tareas, y había que olvidar si alguna vez tuve vacaciones.

Luego de haber terminado mis obligaciones, aunque debo reconocer que estaban bastante fáciles, me quedo tiempo para desarrollar y organizar mi proyecto. En primer lugar debía averiguar sobre personas que estuvieran a mi alrededor, con sospechas y que me interesara acerca de su forma de vida, y eso me llevó bastante tiempo, tuve que hacer fichas y muchas otras cosas para organizar mi operación.

Aún no lograba hablar con alguien de mi curso, y me desesperaba eso.

Había llegado el día lunes y tenía tomada la desición de hablar con alguna niña de mi clase, verdaderamente me aterraba sociavilizar.

Cuando entré a la sala, muchas ya tenían formados sus grupos y conocidas, por lo que eso dificultó mi plan, me senté donde siempre, la clase comenzaba y en ese momento tocaron la puerta, era la inspectora del liceo que venía con una niña nueva a la clase, esa niña tenía algo especial que la diferenciaba de mis demás compañeras. Se presentó delante del curso:

- Hola, me llamo Diana y seré su nueva compañera de clases-

No había otro puesto desocupado más que el mío, por lo que se sienta a mi lado. Mientras caminaba hacia mi puesto, pude describirla rápidamente, de estatura media, contextura normal, su cabello pelirrojo y melena, de tez excesivamente blanca, en su rostro tenía pecas y sus ojos de color miel.

Se sienta al lado mío, lo primero que me viene a la mente es la meta que me había propuesto, al fin podría hablar con alguien. Esta vez ella fue la de la iniciativa.

- Hola, ¿cómo te llamas?

- Hola me llamo Sara, ¿y tu porque llegaste después?

- Bueno, porque no sabía cual era la fecha de entrada a clases, me encontraba muy lejos de la ciudad, recién me enteré este fin de semana.

- Ahh.. bueno, espero que no se te sea tan difícil, lo que es a mi, me ha costado demasiado, es todo tan nuevo. Y bueno ¿qué haces?

- A ver...no soy de la ciudad, ahora vivo con una tía.

- ¿Sí?, ¿se te hizo difícil dejar a tus padres?

- Bueno...-bajando la cabeza-este...-interrumpe la profesora-

- Después hablamos.

- Bueno.

Solo pensaba en las vueltas de la vida, lo más claro estaba que sería más fácil afiatarse, ya que Diana recién entraba, y yo, era como si recién entrara.

Faltaban solo cinco minutos para salir a recreo. Guardo los cuadernos y salgo de la sala junto a Diana, nos sentamos en una banca y me siguió contando.

- Bueno Sara, a mi me gusta todo lo relacionado con la tecnología, es que mi papá trabajaba, ¡perdón! trabaja en una oficina, es operador de sistemas.

- ¿Te sientes bien?

- No, no me siento bien-sale corriendo-

Nunca olvidaré esa escena, el destino tenía su mandato escrito hace ya tiempo, se juntaron dos personas tan parecidas para muchos, pero algo muy diferente, extremadamente diferente teníamos, fue así como el destino me atacó con su cruel realidad.

Fue así como conocí a mi mejor amiga, mi única mejor amiga, que exhaló su último aliento suplicante frente a mi cara que tenía mirada lejana, distante, acabada, perturbada por la vil mentira en que he caído.